Tras su aparente tinglado de novela negra, En el nombre de la rosa, está también su incuestionable condición de tratado filosófico y la de libro clásico que admite un sinnúmero de lecturas posibles.
La histórica medieval (plena de contexto y perspectiva), la narrativa (fascinante, dentro del género del thriller), la ética (crítica moral contra los purismos y las verdades únicas), la semiológica (que aborda el conocimiento de la humanidad, a fin de cuentas), así como la de libelo revolucionario (con todas sus contradicciones ideológicas). La del amor, entonces, es otra. Y uno de los primeros autores vernáculos que cita el joven protagonista al respecto está Máximo de Bolonia, a quien se adjudica en el libro Speculum Amoris, el señalamiento del amor como una enfermedad.
La histórica medieval (plena de contexto y perspectiva), la narrativa (fascinante, dentro del género del thriller), la ética (crítica moral contra los purismos y las verdades únicas), la semiológica (que aborda el conocimiento de la humanidad, a fin de cuentas), así como la de libelo revolucionario (con todas sus contradicciones ideológicas). La del amor, entonces, es otra. Y uno de los primeros autores vernáculos que cita el joven protagonista al respecto está Máximo de Bolonia, a quien se adjudica en el libro Speculum Amoris, el señalamiento del amor como una enfermedad.