No se trata de una historia de barcos -aunque está relacionada con ellos- sino de la estampilla postal más rara del mundo: sólo existe un ejemplar. Todo empezó a finales de 1855 cuando los habitantes de la Guyana británica se enteraron de que un barco que se dirigía a sus costas se había hundido. Esto preocupó particularmente al jefe de la oficina de correos pues el embarque de estampillas se encontraba entre los objetos del naufragio.
No se trata de una historia de barcos -aunque está relacionada con ellos- sino de la estampilla postal más rara del mundo: sólo existe un ejemplar. Todo empezó a finales de 1855 cuando los habitantes de la Guyana británica se enteraron de que un barco que se dirigía a sus costas se había hundido. Esto preocupó particularmente al jefe de la oficina de correos pues el embarque de estampillas se encontraba entre los objetos del naufragio.